martes, 19 de febrero de 2013

Cochino, pero no trompudo.


Cochinos pero no trompudos…

Isael Petronio Cantú Nájera

La conseja popular es una suerte de psicología conductista o el súmmum de la experiencia colectiva. No siempre tiene la razón; muchas veces se nutre de mitos, de prejuicios y de simples creencias que al igual que la fe: son una falsa consciencia.
Existen tantas consejas populares, que suelen ir en parejas: unas afirmando y otras negando tal cosa; por lo que resalta la propensión constante de un relativismo axiológico que todo lo justifica, de ello resulta, que el pueblo tienda a tener juicios donde los principios éticos son relativos. Por ejemplo, cuando se dice: “hay que ser cochino pero  no trompudo”; se asume que todos, incluso el dicente del aforismo, es un cochino, pero no de la clase “más cochina”, es decir, no de los cochinos trompudos, negros, feos, capaces de revolcarse en su propia mierda e incluso de tragársela… de esos no.
Al efecto, vendría bien recordar aquella severa advertencia cristiana, dicha en situación de vida o muerte contra María de Magdala, que a punto de ser lapidada por puta, se escuchó entre la turba enloquecida: “¡quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra!”; medrosos y pecadores los judíos, muchos habían fornicado con la susodicha, se deshicieron de los pedruscos y dejaron en paz a la hetaira.
En ese nivel de comprensión de la culpa está la conseja del cochino, se entiende que todos lo pueden ser, pero no al extremo de ser “trompudos”.
Los partidos políticos han manifestado ser organizaciones proclives a la trampa, a la corrupción, desde el partido de “Estado” o como se le quiera clasificar, hasta los de derecha y de izquierda, su actos, están cargados de corrupción, por consiguiente: el proceso electoral tiene como resultado el constante fraude a la voluntad política ciudadana. La crisis en la credibilidad de los partidos se agudiza cada día más, de tal suerte que los gobiernos que emanan de los procesos electorales, están creando una especie de cacocracia, es decir, el gobierno de los más malos.
El colmo de los malos gobiernos, está sin duda, dentro de los poderes: Legislativo y Judicial, los cuales, recordando a Montesquieu, tenían la noble tarea de equilibrar y hacer contrapeso al gran poder concentrado en el Ejecutivo. No ha sido así. En México, tanto diputados como jueces, paulatinamente se convierten en vasallos del representante del Ejecutivo en turno; con lo cual, la aspiración a vivir un Estado de Derecho se convierte en una entelequia.
Resulta que en Veracruz, el Partido de la Revolución Democrática, cochino en su proceder como muchas instituciones veracruzanas, realizó su elección interna para elegir a su presidente y a los integrantes de su Consejo Estatal, un órgano colegiado que es la máxima instancia partidaria; en esa elecciones hubo tantas trampas que los contendientes mutuamente impugnaron los resultados, lo que obligó a que los órganos internos jurisdiccionales del partido participaran para dirimir la contienda; no paró ahí el conflicto, sino que escaló hasta los propios órganos estaduales de justicia electoral, es decir: el Tribunal Federal Electoral y el Tribunal Electoral de Veracruz, en los que se suponía que aplicarían principios más justos.
Los resultados electorales internos del PRD en Veracruz, para elegir a su presidente y consejeros, fueron declarados válidos por su Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia el 27 de enero del 2012 y ratificada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) dictando resoluciones en los expedientes SUP-JDC-207/2012, SUP-JDC-208/2012, SUP-JDC-209/2012 y SUP-JDC-210/2012. La validación y ratificación de las elecciones de Veracruz, hasta aquí iban bien, sin embargo dentro de las cochinadas que existieron en el PRD, cabe aclarar: su propia Comisión Nacional Electoral, que forma parte del Consejo Nacional de ese partido y que preside uno de los contendientes veracruzanos, forzó, como juez y parte que es: ¡Integrar un consejo estatal del partido en Veracruz, con gente que ni siquiera contendió para ello, argumentando renuncias de los realmente electos! Ese consejo formado por gente sin derecho para ello, se reunió en varias ocasiones emitiendo resoluciones viciadas de origen, por no tener la representación plena y ni siquiera haber sido votados para integrar el consejo estatal.
Obviamente, los “Consejeros” electos y reconocidos por el TRIFE se inconformaron y exigieron que se repusiera el procedimiento, para lo cual demandaron vía Juicio para la Protección de los Derechos Políticos, para que aquel lo resolviera. Con fecha 14 de noviembre del 2012, una vez que los expedientes fueron mandados al Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Veracruz (TEEVER), este resolvió los siguientes expedientes: JDC-06/2012 y JDC-08/2012, palabras más o palabras menos: “ordenó” a la Comisión Nacional Electoral del PRD, para que en un término de 24 horas, integrara el Consejo de acuerdo a los cómputos abalados por las propias autoridades, es decir de manera congruente y de acuerdo a la orden de prelación que existía en dicha acta. ¡La Comisión Nacional Electoral, lejos de cumplir el ordenamiento legal, siguió siendo contumaz, dejando pasar el tiempo sin integrar la instancia.
El 18 y 20 de noviembre del 2012, el presidente del PRD en el estado, se dirige de nuevo al TEEVER, solicitándole que ordene la integración congruente del Consejo; para ello, las triquiñuelas partidarias se hacían más cínicas, al grado de que la Comisión Electoral del PRD, envió al Tribunal los documentos conteniendo los antecedentes de la elección impugnada, pero agregando de manera frívola y falaz, que la integración que hacían del Consejo, con gente que ni siquiera participó en la elección se debió a que muchos: ¡habían renunciado a su cargo de consejeros y que por eso la integración se hacía con gente diferente!; obviamente, lo de las renuncias no se lo tragó el TEEVER y le pidió que mandara documentos probatorios de dichas renuncias o en su caso: fueran las propias autoridades, dada la contumacia de la Comisión Electoral, quienes integraran el consejo de acuerdo a sus propias resoluciones, es decir, respetando el cómputo y los nombres que habían sido ratificados en los expedientes: JDC-06/2012 y JDC-08/2012.
La secuencia del proceso era lógica y clara: una elección validada por autoridades del partido, del TRIFE y TEEVER; una Comisión Nacional Electoral, violando la legalidad interna, integrando un Consejo espurio bajo el argumento de que los candidatos votados habían renunciado; exigencia del partido a las autoridades para que se cumpliera en todos sus términos la orden de integrar debidamente el consejo, hasta ahí, todo iba muy bien, pero… el PRD y el PAN deciden ante la coyuntura electoral realizar una alianza para enfrentar al PRI, y como suelen decir las abuelitas: ahí es donde la puerca torció el rabo.
La dirección del PRD, tanto estatal como nacional, se enfrascaron en la pertinencia o no de dicha alianza, finalmente fue registrada ante el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) bajo el lema de “Gran Alianza por Ti” uniendo al PRD y al PAN en una táctica solamente para derrotar al PRI.
El ejercicio del poder político en México y en particular en Veracruz, como lo mencionamos líneas arriba, se circunscribe a un Poder Ejecutivo fuerte que domina al Legislativo y al Judicial. En el caso del Judicial es más aberrante, pues se supone que debe ser el poder que garantiza el imperio de la ley y cuyos integrantes deben de ser hombres o mujeres probos, justos cuyo actuar debe estar regido por los principios de: excelencia, profesionalismo, objetividad, imparcialidad, independencia y antigüedad, tal y como lo dice el artículo 105 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación o los de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia que marca la fracción II del artículo 104 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Veracruz: en ambas leyes, los principios torales que tanto el Poder Judicial Federal y el Local, deben de garantizar para equilibrar el Poder y no someterse vilmente al Ejecutivo son: Independencia e Imparcialidad, así con mayúsculas.
La alianza del PRD con el PAN, caló hondo en el escenario político veracruzano, pero más al gobierno y su partido; la tarea estaba clara: torpedear la alianza para abortarla a cualquier modo. Se inició con una campaña mediática descalificándola en todo sentido y luego, siguió el embate jurídico: el agente para ello sería ni más ni menos que el Tribunal Estatal Electoral de Veracruz, quienes finalmente así lo hicieron.
Lo trompudo de esta cochinada estriba en que el TEEVER o sus magistrados, sabían a ciencia cierta, dado que ellos mismos así lo resolvieron, quienes eran los miembros del PRD que legalmente deberían de integrar el Consejo Estatal dado que eso estaba resuelto según los expedientes JDC-06/2012 y JDC-08/2012… sin embargo los magistrados terminaron integrando un consejo que: ¡no tomó en cuenta sus propias resoluciones nombrando consejeros a gente espuria; pero además adicta al dirigente que se manifestó en contra de la alianza!
Largo sería aquí presentar las listas de los consejeros que fueron electos y aprobados por las autoridades y la lista de la integración hecha de manera aviesa que hizo el tribunal para finalmente integrar el Consejo del PRD; pero basta saber que de 153 consejeros que lo integran, los magistrados, nombraron a ¡cien consejeros que ni siquiera están inscritos en las boletas que se utilizaron para elegirlos!
Con justa razón, el personero del PRD, Juan Vergel Pacheco, recurrió dicha resolución alegando que no actuó en congruencia, tanto externa como interna, tal y como lo marca la jurisprudencia.
Yo digo que las razones son otras: los magistrados actuaron en congruencia política con el gobernador, no con el alto cargo que representan, es decir, traicionaron los principios a los que están obligados a cumplir a la hora de emitir sus resoluciones y se plegaron como vasallos a las indicaciones del titular del Poder Ejecutivo, quien en todo momento diseño una estrategia para reventar la alianza del PRD y del PAN y dio las indicaciones de cómo integrar el Consejo favoreciendo al dirigente que estaba en contra de la alianza, en este caso: Daniel Nava.
El Consejo integrado por órdenes de Duarte tiene una misión: ¡Votar en contra de la alianza y con ello dar un duro golpe a las fuerzas aliancistas opositoras a su partido!
El domingo 18 de febrero, como un monstruo bicéfalo, se instalaron dos Consejos Estatal del PRD, uno presidido por Juan Vergel Pacheco y el otro por Daniel Nava. El de Juan ratificó la alianza y el de Nava la rechazó… sólo faltaba el acto gubernamental para santificar una u otra opción… de nueva cuenta entró en funciones el Poder Judicial del Señor Gobernador, pues el día de ayer, 18 de febrero, determinó anular la “Gran Alianza para Ti” entre el PRD y el PAN.
"Cochino, pero no trompudo"
Debemos reconocer que el PRD por su parte, puso en bandeja de plata muchos de los elementos que permitieron a los magistrados de Duarte terminar juicios de esta manera, es decir, al utilizar actos de corrupción para dirimir sus contradicciones, demuestran que son cochinos, pero sin duda alguna, los magistrados del TEEVER, al estar obligados a ejercer y garantizar que los actos se apeguen a lo que marca la ley; al violarla ellos mismos, se convierten en los cochinos trompudos que en nada ennoblece la administración de la justicia en el país. ¡Lástima! Como me gustaría ver a los magistrados y magistradas dando lecciones de ética y de moral a sus propios hijos y nietos, cuando su integridad humana está sometida al poderoso señor del Poder Ejecutivo. ¡Ojalá! Que el PRD demande ante el Consejo de la Judicatura o la instancia pertinente a esta caricatura de magistrados, porque con ellos como jueces, no puede vivir tranquila la democracia ni el pueblo que es el que les paga los altísimos salarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario